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miércoles, 17 de noviembre de 2010

Fumando amor.

-¿Ahora fumas?- preguntó la voz.

Amanda no necesitó girarse para ver quien le hablaba, hubiera reconocido aquella voz grave y profunda en cualquier parte, sin importar cuantos años pasaran.
La fría brisa marina acarició su rostro y despeinó su largo cabello oscuro. Dio otra larga calada al cigarrillo con calma y dejó que la columna de humo volara hacia el cielo sin apartar los ojos del mar. 

-Es curioso- respondió al fin- Antes estaba en contra de fumar e intenté mil y una veces que lo dejaras. Pero cuando te fuiste sin decir adiós lo único que dejaste fue una caja de cigarrillos, de la marca que siempre fumabas. Fue lo único que me quedó de ti. Y ahora me parece que estos cigarrillos tienen tu sabor y tu aroma, son parte de ti y cuando los fumo parte de mí también, como tu nunca fuiste, Lucas.

Lucas dio un paso al frente y se colocó frente a ella tapándole la hermosa visión del mar que disfrutaba cada atardecer sentada en el malecón del puerto. Ante sus ojos Amanda vio aparecer su rostro, el rostro que había amado tan desesperadamente, el rostro que la había traicionado. Tan hermoso como siempre, sus facciones varoniles y maduras, su barbilla afilada y sus ojos claros como alfileres plateados que atravesaban el alma. Se obligó a si misma a mirarlos aun temiendo que sus ojos traicionaran la profundidad de sus propios sentimientos.

Suavemente Lucas quitó el cigarro de sus labios, lo tiró al suelo y lo apagó con la suela del zapato, con el mismo gesto que tan bien recordaba.

-Ya no hace falta que fumes-le susurró con aquella voz que hacía temblar su corazón- Ahora estoy aquí, de modo que no necesitas sucedáneos para reemplazarme.

Lentamente y sin inmutarse Amanda sacó otro cigarrillo de la gabardina y se lo llevó a los labios.

-Prefiero el tabaco-repuso con voz lacónica- Los cigarrillos siempre me son fieles, se quedan conmigo hasta que mueren y después simplemente puedo encender otro y me hará la misma compañía que el anterior.

-¿De modo que prefieres hacer el amor con los cigarros que conmigo?- inquirió Lucas con una sonrisa traviesa inclinándose sobre ella y volviendo a arrebatarle el tabaco de los labios.

Amanda suspiró exasperada y se obligó a mirarle directamente a los ojos.

-¿Por qué has vuelto?- preguntó.

Lucas ladeó la cabeza para atravesarla con su mirada.

-¿No deberías preguntar por qué me fui?

Esta vez le tocó a Amanda dedicarle una sonrisa llena de cruel ironía.

-¿Acaso me lo dirías?

Las sonrisa en labios de Lucas se ensanchó.

-Probablemente no-reconoció- Pero es la primera vez que no quieres saberlo.

Amanda dejó escapar un suspiro acompañado por el vaho frío de los anocheceres de invierno.

-No soy la misma que dejaste atrás-contestó.

Lucas se inclinó aún más sobre ella y Amanda no fue capaz de apartar la mano cuando se la tomó. El corazón le dio un doloroso vuelco en el pecho, un sentimiento que no deseaba recordar. El hombre sonrió.

-En eso te equivocas, sigues siendo exactamente la misma persona que yo conozco. De no ser así no habría vuelto.

-¿Por qué has vuelto?-repitió Amanda con un hilo de voz.

La sonrisa se esfumó de labios de Lucas y una expresión de sincera seriedad que nunca había visto en su rostro tomó su lugar.

-Porque te amo- respondió escuetamente rodeándola con sus fuertes brazos, atrayéndola hacia sí y silenciando sus labios con un largo beso.

Amanda se dejó arrastrar por el beso, por el viejo sabor a tabaco de sus recuerdos, por el dulce aroma a menta, por aquellos brazos que tantas veces la habían rodeado y por el torrente de memorias que despertaba en su interior.

Puede que nunca supiera porque se había ido, pero sabía porque había vuelto. Quería creer en aquel amor que nunca había olvidado. Descubrió con lágrimas que siempre había querido creer en él con todo su alma. Ella había esperado, había regresado cada atardecer al puerto como cuando eran amantes, había recorrido día tras día las mismas calles con la esperanza de reencontrarlo. Y él había vuelto a buscarla, había vuelto a su lado. Con eso le bastaba, al menos por ahora.


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